LA MUERTE FRÍA. 3 . Por Tomás Wilson

Danko se tendió en su cama, sacandose los zapatos. Tomó el control remoto y prendió el televisor. No había nada novedoso en el cable, asi que se dedicó a mirar medio segundo de cada uno de los programas, hasta que encontró unos videos musicales bastante bailables. Fue entonces, que sonó el teléfono.
-¿Sí?-la voz desde el otro lado del teléfono no vaticinaba buenas noticias-¿Estás segura?-preguntó Danko-Pero...-pausa. Se acomodó en la cama-.Sí, sí. Entiendo.-precionó MUTE en el control. Se tapó la oreja libre con un dedo para escuchar mejor. Se sento en la orilla de la cama-Claro. Sí.-nueva pausa-Es solo una Tormenta. No creo que...-tomó el control-Dejame ver.-Precionó dos numeros, y dio con el canal de noticias. En el televisor, un señor peinado con gomina, con su corbata roja, y su terno azul marino, decia a los televidentes que:
-...luz en más de tres poblaciones rurales de Santa Elisa. Tome las precauciones necesarias. Vaya al supermercado más cercano a comprar velas, y prenda la chimenea. En El Pedregal, una localidad rural de Paraiso, aun no se encuentran los cadaveres que...
-¿Tan grave es?-preguntó Danko. Desde el teléfono le dieron más noticias funestas.- Miró el reloj, luego las noticias.
-...más de 35 muertos por la ola de frío que...
-Parece mentira.-musitó Danko. -Sí. Está bien. Chao. -Una ola de frío. Había escuchado rumores sobre La Muerte Fría, pero esto... Tal vez Anna Stevenson tenía razón. Había echo bien en llamarlo. Pero... nose... algo así era como para no tomarselo tan en serio ¿o sí?
Escuchó unos truenos a lo lejos y esa fue la mejor respuesta que podría obtener.

continuará...